

Cuando la Cuaresma de 2020 no había alcanzado aun su ecuador llegaba la declaración del estado de alarma y, con la misma, el confinamiento. Para las hermandades esta anómala situación supuso el cese, casi completo, de su actividad cultual y, posteriormente, llegó la decisión de suspender las procesiones de la Semana Santa.

Una paralización que, en numerosos casos, suponía que las cofradías se centrasen, casi de forma exclusiva en la obra social, ante la crisis en ciernes. Es por ello que, ante las dificultades para realizar la actividad social con normalidad, aun es posible contemplar a algunas de las imágenes marianas de la capital vestidas como en Cuaresma, de hebrea.
Este es el caso de las dos titulares marianas de las hermandades de la iglesia de San Andrés. Así, al adentrarse en el templo Fernandino puede apreciarse una estampa poco acostumbrada, en esta época del año, tanto de María Santísima de la Caridad como de la Virgen de la Esperanza.