
La hermandad cordobesa del Vía Crucis proseguía este lunes con su consolidado ciclo Los lunes del Vía Crucis. Y lo hacía con una conferencia de primer nivel, que corría a cargo del hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero. Presentado por el que fuera máximo responsable de la corporación cordobesa, Santiago Góngora; en el acto se dieron cita varios concejales del Partido Popular, de la Agrupación de Cofradías, con su presidente a la cabeza; así como los hermanos mayores de la Merced y la Santa Faz.

Durante algo más de una hora y con un turno de preguntas final, Fernández Cabrero realizó una exposición magistral sobre cómo se debe gestionar la caridad en las hermandades. Y, durante varios momentos de su intervención, hizo hincapié en la necesidad de “no convertir lo extraordinario en ordinario”, en referencia a que no es necesario que se produzcan tantas salidas extraordinarias, no que no las haya.

Ello para incidir en el “trípode” que debe guiar siempre a toda cofradía, que no es otro que el de culto, formación y caridad. Tres aspectos indisociables que se complementan, para conformar la dimensión total de toda hermandad. Para refrendar su argumentación, Fernández Cabrero explicó la labor que realiza la hermandad de la Macarena, subrayado que cada corporación debe actuar en la medida de sus posibilidades. “No pueden tratarse como iguales a los desiguales”, destacó.

Dentro de esa exposición sobresalieron algunos aspectos de la labor que lleva a cabo la hermandad de la Macarena, como las becas que se conceden a estudiantes; los acuerdos con la mayor parte de los hospitales de la capital hispalense, donde sus médicos tratan personalizadamente (los doctores dicen al paciente hasta el número de hermano que es, para hacer más llevadera su estancia); o que la cofradía de San Gil es la que más aporta al Fondo Común Diocesano.
