La historia de Nuestra Señora de la Palma es bastante peculiar. La imagen que esculpiera un joven imaginero, Francisco Romero Zafra, que ha alcanzado un gran prestigio a nivel nacional e internacional; no fue concebida para la hermandad de la que es cotitular: la de la Entrada Triunfal. Si bien, el empeño de Fray Ricardo de Córdoba propició que la Virgen llegara a San Lorenzo y se incorporara estatutariamente a la cofradía del Domingo de Ramos, en 1993, mientras que había sido esculpida en 1991.
En 1994, la Palma se incorporaba al cortejo procesional de la Borriquita, mientras que la Virgen de la Victoria pasaba a ser la titular letífica de la cofradía. Comenzaba así una historia de devoción que, en 2018, cumple su 25 aniversario en la hermandad de San Lorenzo que, en la actualidad, preside Francisco Figueroa. Una corporación que ha querido rendir homenaje a su pasado. De tal forma que la imagen lucirá el próximo Domingo de Ramos el mismo terno que la primera vez.
Para ello, la cofradía ha encontrado la complicidad de otras dos hermandades: la Merced y la Sangre. De esta suerte, la Virgen de la Palma irá ataviada con el manto blanco de la dolorosa de San Antonio de Padua, mientras que lucirá la saya, también blanca, de la Reina de los Ángeles. Una estampa que, sin ser inédita, mostrará un aspecto poco acostumbrado de la talla de Francisco Romero Zafra. Un ‘estreno’ cargado de nostalgia y sentimiento, que a buen seguro hará las delicias de los cofrades de la hermandad de San Lorenzo, que se mirarán en el espejo de su historia.