Llegaron, vieron, probaron y escanciaron. Kohya Nakase y Yuichi Sato son los dos primeros japoneses con título oficial de venenciador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, que cuenta desde hoy con dos embajadores de altura en el País del Sol Naciente, según se autodenominaron ellos mismos.
Vélites estuvo presente en el momento en el que Nakase y Sato demostraron su arte en la escancia de vino Montilla-Moriles frente al Maestro Venenciador de la DO, Rafael Fernández, que apenas les tuvo que enseñar unos truquitos de calentamiento de hombros para cuando tengan que afrontar maratones de varias horas sirviendo este rico caldo en su correspondiente catavino. Y ellos encantados.
Para Nakase, este título se suma al que ya tiene de otras denominaciones de origen, puesto que se trata de una personalidad muy conocida en el mundillo de los caldos españoles en Tokio. No en vano, ostenta el récord ‘Guiness’ de número de vinos de Jerez en un sólo establecimiento, el ‘Sherry Museum’, el local que regenta en la capital japonesa y en el que ya oferta vinos de la DO cordobesa. Nakase explica que su objetivo ahora es repetir récord Guiness pero con los caldos de Montilla-Moriles, de los que se confiesa enamorado, por fuerza y oscuridad, y por las propiedades que, a su juicio, pueden aportar a la gastronomía japonesa.
Sato, por su parte, dirige el Sailing Bar, en Nara, un club privado para bebedores de whisky y vinos generosos. Aunque más callado -Nakase habla bastante bien el español-, también ha demostrado que su flechazo con la DO de Montilla-Moriles no es flor de un día, y que su arte escanciando tampoco lo es. Sólo había que ver el cuidado que le ponía al rito de vestirse para escanciar el vino, y la sonrisa con la que posaba con su diploma oficial en la mano.
Junto a ellos estaba un tercer embajador, que en este caso no optaba al título, pero que había mostrado igual interés por los caldos de la tierra. Se trata de Noboyuki Odawara, propietario de la tonelería Ariake en Kioto, que lleva más de 70 años abasteciendo a productores de whisky y sake japoneses.
Con la clase de venencia y una explicación de las propiedades de los vinos Montilla-Moriles, los tres han dado por concluida una visita que comenzó en el Museo de la Cultura del Vino y ha continuado en numerosas bodegas y lagares de la zona, en las que han quedado impresionados “por la fuerza de la levadura autóctona, los aromas de los vinos nuevos y de los finos, y su gusto entre dulce y amargoso”, según explica Isabel Calvache, de la empresa especializada en turismo asiático Caracol Tours.