(Toni Cruz) Cuando un equipo preparado y casi conminado a luchar por ascender se encuentra en el puesto decimosexto de veintidós, a tres puntos del descenso, a cinco de los puestos de play-off y a ocho del ascenso directo, todo se tiende a ver –y es natural- desde el absoluto pesimismo. Si además persiste la aparente cerrazón de quienes pueden revertir la situación a la hora de reforzar la plantilla, la tristeza deviene en irritación.
Más información en Minuto90.